SIERRA ALHAMILLA: UN AGUA CON MUCHA VIDA

 

historia balnearioLa ladera de la Sierra Alhamilla, donde está ubicado el Hotel Balneario, es un espléndido mirador natural desde el cual se divisa un horizonte inmenso que se pierde en el mar, al otro lado de la bahía de Almería. Parece que los fenicios ya estaban al corriente de la existencia de este manantial y que más tarde utilizaron los romanos, dejando como huella la estructura de las albercas las cuales aún se conservan. Después, los árabes hicieron uso regular de las aguas termales, manteniendo y mejorando los baños. En la actualidad es posible disfrutar del baño en las llamadas albercas que a pesar de los cambios que han podido experimentar a lo largo de la historia, están cimentadas sobre ruinas romanas y árabes, y constituyen uno de los máximos atractivos del Hotel Balneario.

Las aguas Minero-Medicinales de Sierra Alhamilla se enclavan en el término  municipal de Pechina, en la provincia de Almería.

Este Manantial yace en terreno Siluviano y tiene un gran caudal, emana a 58ºC con lo que se coloca entre los primeros de España por su Termalidad. Sus aguas son cristalinas, sin olor ni sabor . Según los análisis realizados  por su composición se encuadra dentro de las Sulfatadas-Bicarbonatadas-Sódicas, cloruradas y Magnésicas con contenido de Radón.

Esta bella sierra, que ya acogió a la cultura argárica fue después base del asentamiento de los sucesivos pueblos colonizadores. Esta Fuente Termal de Sierra Alhamilla, era ya conocida por los fenicios y posteriormente por los romanos. Su época de esplendor, y de la que quedan numerosos documentos escritos, tuvo lugar con los árabes. Existen numerosos restos arqueológicos de las edificaciones que aquí  levantaron posiblemente los ibéricos.

Entre Rioja y Pechina, hasta el cerro de la fuente se establecen en la calma del Valle de Pechina se funden los “almerienses”, se argarizan y preparan al Hombre Ibérico, que va a recibir a los colonizadores fenicios griegos, cartagineses y romanos. Al asentarse los abencerrajes de la familia de Banú Sirag a la vigilancia y defensa del territorio de Urci y más concreto de Bayyana o Peyyena, hay que unir el disfrute de los Baños, como solaz y ayuda para remedio de sus males.

Como vestigio fidedigno de la época queda el documento escrito por el relevante El Himayarí:

Al  Este de Pechina a tres millas de distancia, se alza una elevada montaña que tiene importantes yacimientos minerales. En ella hay también una extraordinaria Fuente Termal que no tiene igual en Al Ándalus por la bondad de sus aguas, su dulzura su virtud diurética su eficacia y todas sus virtudes curativas que posee. De todas partes acuden personas que sufren achaques y enfermendades crónicas, seguras de obtener aquí una notable mejoría.

En 1489 el pueblo de Pechina, cansado de guerras intestinas, acoge con agrado a los Reyes Católicos, pero su alegría no ha de durar por las duras imposiciones de sus nuevos amos.

Se desarrollan en la comarca durante todo el siglo XVI numerosas rebeliones, incursiones piratas, intento de huida de los moriscos a África que los castellanos en vano atajan. Culmina con su expulsión en 1611 sin que con ello se consiga la paz de la comarca. Esto causa el despoblamiento de Sierra Alhamilla y para evitarlo se dan las casas y tierras de las principales poblaciones de la comarca a los soldados que las defendían. Los Baños estaban abandonados, pero alejada la amenaza y consolidada la repoblación de la comarca, vuelven a fluir enfermos a los Baños. Al final de esta centuria, el deán Orbaneja  en su célebre libro, dice de los Baños que sus aguas” son tan medicinales que, con estar tan remotos, vienen a ellos enfermos de partes muy distantes  quienes volviendo a su tierra con salud acreditan los Baños y la Sierra”.

La historia moderna del Balneario comienza cuando el Obispo de Almería D.Claudio Sanz y Torres y Ruiz Castañedo a sus expensas reconstruye sobre las ya ruinas Árabes y romanas del edificio el actual Balneario de Sierra Alhamilla en 1777. Su historia actual comienza en la última década del siglo XX en la que una rehabilitada galería balneoterápica da forma a este corazón dorado de la Sierra de Alhamilla.